Nos lloramos tantas veces, nos odiamos y nos amamos. Sentimos todo lo que hacía falta, pero no alcanzó. Necesitábamos nuevas ilusiones, nuevos caminos. Nos dejamos ir, como el árbol deja caer sus hojas en el otoño, como se evapora el agua; como algo natural.
Nuestros caminos estaban separados, y nuevas almas yacían en ellos. Estábamos listos para seguir, pero te asustaste al dar el primer paso. Otra vez insegura, otra vez inanimada. Es que en algún lugar de mi camino seguía estando tu piel, había imágenes de tu rostro, mas no tu alma. Porque hace falta mucho más que ilusiones, para separar dos almas.
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